Lo negativo del pensamiento positivo

El cielo y la tierra no son humanos,
tratan a los seres como perros de paja.


¿Qué es ser positivo? En realidad no es un estado anímico: uno se siente como se siente. Es más bien un modo de pensar y de comportarse. Se basa en la siguiente afirmación: “Si uno espera que el futuro le sonría; le sonreirá” o "Si uno quiere algo, eso va a suceder". El secreto es quererlo lo suficiente. También ha sido enunciado de éste modo: “Cuando Quieres algo, todo el universo conspira para que realices tu deseo.” Así el poder de la mente y los deseos humanos se asumen infinitos o por lo menos suficientes para cambiar nuestro entorno y nuestras vidas. 

Los argumentos racionales a favor del pensamiento positivo afirman que ser positivo mejora la salud, la eficacia individual y la confianza, facilitandonos alcanzar nuestras metas. No me interesa discutir esto último.

Una idea menos racional, la que me parece más peligrosa, es que los pensamientos, misteriosamente, tienen incidencia en el mundo real: los pensamientos negativos tienen efectos negativos y los positivos producen salud, prosperidad y éxito. Uno puede manipular la realidad física a través de ideas y sentimientos o con técnicas como la visualización, meditaciones de abundancia, el trabajo con un coach, etc. Ahora, ¿Cómo funciona todo esto?

Los instructores o coaches del pensamiento positivo sugieren la autohipnosis, reprogramación y el control del pensamiento entre otras técnicas. En pocas palabras, esforzarse para reprimir los pensamientos negativos. Sin embargo, ¿Es saludable que sentimientos tan humanos como el miedo, la tristeza o la ira queden enterrados bajo una capa cosmética de alegría?

La consigna “Sonríe” parece inofensiva en principio, pero cuando la norma es estar de buen humor, indignarse o quejarse parece perverso. ¿Quién va a darle trabajo a una persona “negativa”? El truco es parecer siempre animado, entusiasmado y decir sí a todo, como si fuéramos producto de un lavado de cerebro o, en su defecto, Teletubbies drogados con MDMA.  

Libros como “Los secretos de la gente millonaria” aconsejan quitarse de encima a las personas negativas incluso si son familiares. Quitarse de encima toda la gente tóxica, la gente que “chupa la energía” y la gente con problemas. Pero, omiten que alejarse de la gente que te bajonea o que está triste lleva a desconectarse de un aspecto muy real de la realidad. En la vida familiar hay que estar pendientes no solo de nosotros mismos, sino también del humor de los demás, cuidarlos, dar ánimos, ayudarlos y no, simplemente, medir su grado de positividad para ver si los conservamos o los descartamos de nuestras vidas. Otros libros sugieren dejar de ver las noticias, como si no ver lo que pasa o no saberlo fuera una solución a algo. En resumen, proponen un aislamiento del mundo hacia el interior del individuo. No un aislamiento introspectivo ni reflexivo, pues puede haber cosas dentro que no querramos ver y habrá también que reprimirlas. El aislamiento es hacia un lugar donde todo está bien y todo va a estar bien: el mundo de fantasía de nuestros deseos. 

Ahora, si hay una fuerza mental que hace realidad todos nuestros deseos, eso nos llevaría fácilmente a la categoría de dioses, lo cual no suena tan mal, salvo por una característica de Dios: su soledad. No puede haber dos todopoderosos puesto que serlo significa tener poder absoluto. Si somos todopoderosos, el mundo, como tal, no existe más que sometido a nuestra única voluntad. Los otros seres son títeres en nuestro juego y la realidad es, ahora sí, un producto de nuestra mente y deseos. 

Bajando un poco a lo cotidiano: la cultura consumista fomenta que los individuos “quieran” cada vez más. Los departamentos de márketing crean necesidades permanentemente y el pensamiento positivo es funcional a ellos porque nos dice que nos merecemos más y que podemos conseguirlo fácilmente. Incluso hay libros de autoayuda que afirman que una forma de “atraer” dinero es gastarlo antes de tenerlo, como compromiso de confianza. Pero, ¿Por qué venden tanto humo a la gente?

Es que el negocio de la “motivación” y la  “autoayuda” es un gran éxito económico actualmente, todos esos títulos que podrían resumirse en “Hágase rico ya mismo” no tendrían sentido si la ideología del pensamiento positivo no estuviera de fondo en ellos. Ante la desesperación de la gente, la esperanza vende bien.

El pensamiento positivo se ha convertido, incluso, en un dispositivo de control de la patronal sobre sus empleados. A los vendedores se les enseña entusiasmo, sonrisas y movimientos exagerados, pero todos sabemos que es una pose, una farsa y que sólo lo hacen para vender más ¿Por qué aplicar esa farsa a nuestras vidas? 

El Pensamiento positivo hace al hombre “todo poderoso” para hacerlo inmediatamente “todo responsable”, único responsable de su desgracia, desviando la atención de un ambiente laboral inestable y precario y de un sistema social donde la injusticia es estructural. “Si hubieras creído con firmeza tu éxito no habrías fracasado”. Gracias a esta ideología las víctimas de despidos masivos, alto desempleo y porqué no, también de catástrofes naturales o pandemias, son también los únicos responsables, y cada uno, no en conjunto, porque el pensamiento positivo no admite un enfoque grupal. A fin de cuentas es un “sálvese quien pueda” con poderes mentales. 


Los chinos confeccionaban perros de paja en sus ceremonias para luego quemarlos. Aquello, que nos puede parecer absurdo, se asemeja al comportamiento del universo que crea y destruye. El universo no conspira, porque no es humano, “Cuando quieres algo…” al universo le importa una mierda. En realidad, le es indiferente, pues no puede hacer, decidir, ni darte nada. Los hombres conspiran, son los únicos que pueden desear, esforzarse y lograr sus metas, pero nunca solos, siempre con la ayuda de otros muchos. ¿Por qué hay que descartar el pensamiento positivo? Porque es una ideología que se basa en el autoengaño y la represión de emociones genuinas, porque contribuye a negar la realidad y a negar a los otros, sobre todo a los que más necesitan nuestra ayuda, porque da falsas esperanzas a los pobres y se aprovecha de los desesperados y porque para creer en magia y cuentos chinos, prefiero el de los perros de paja.


Notas del libro Sonríe o Muere, la trampa del pensamiento positivo de Bárbara Ehrenreich