El fin del capitalismo

El capital se instalará como un parásito

en las relaciones humanas.1


Cuando se intenta explicar el capitalismo se cuenta un cuento donde aquel que trabaja y se esfuerza, logra acumular riqueza y, quien es perezoso, se queda pobre y termina trabajando para el capitalista. Es una suerte de selección natural meritocrática. Pero, para industrializar al mundo hizo falta un poco más que eso.


El descubrimiento de los yacimientos de oro y plata de América, la cruzada de exterminio, esclavización y sepultamiento en las minas de la población aborigen, el comienzo de la conquista y el saqueo de las Indias Orientales, la conversión del continente africano en cazadero de esclavos negros: son todos hechos que señalan los albores de la era de producción capitalista.2


La acumulación originaria del capital descansa sobre la matanza, el saqueo, la piratería y la esclavitud, además del esfuerzo de algunos ahorristas. Quizás al momento de hacer la primera repartición de riqueza no fué todo tan meritocrático. Puede ser que un sistema que ha explotado la desigualdad, esté diseñado para sostenerla, pero no es algo para profundizar en este ensayo, que trata sencillamente, sobre el fin del capitalismo. 

Las últimas clases de Mark Fisher fueron publicadas bajo el título de Deseo postcapitalista y exploran la posibilidad de terminar con el Realismo capitalista3: esta ideología que se divulgó, a principios del siglo XXI, sobre la falta de alternativas a un sistema que parece ser el único viable. Ante los fracasos del comunismo y los fascismos del siglo XX, hoy es más fácil pensar el fin del mundo que el fin del capitalismo4. Lo que intenta hacer Fisher en estas clases no es volver atrás, no se propone un anhelo idealizado de las viejas fórmulas del pasado, sino pensar más allá, pensar un futuro diferente y sin cataclismos. Con estas clases podemos ver posibles futuros distorsionados. 

La primera forma del fin del capitalismo es el aceleracionismo. Como el capitalismo es una maraña de contradicciones, su curso normal lo llevaría a la destrucción. Por lo tanto, no hay que hacer nada. Es más, si es posible, hay que acelerar el proceso capitalista, esparcirlo por el mundo y profundizarlo. Esta idea parte del Marx del manifiesto comunista, donde es la clase burguesa capitalista la que engendra al proletariado asalariado, que será quien haga la revolución. Esta idea, la verdad, no viene funcionando. Ya estamos bastante acelerados y la cosa no cambia mucho y, sin dudas, seguiremos acelerando.

La segunda forma del fin del capitalismo es el desocultamiento. El capitalismo parte del principio de escasez, ese es el problema económico por naturaleza: los bienes son escasos. Sin embargo, en el siglo XXI, la tecnología ha resuelto el problema y ha logrado terminar con la escasez. <<El problema no es que no haya suficiente comida para alimentar a todo el mundo, sino la distribución de esa comida>>5. Ni hablar de los bienes digitales como los libros, películas y archivos, que pueden copiarse infinitamente. El problema del capitalismo ahora no es la escasez, sino producir una escasez artificial que oculte la abundancia6. Algo que se logra mediante la creación de bienes y servicios cada vez más artificiales y refinados, acompañados de las estrategias de márketing y publicidad para crear todo el tiempo nuevas necesidades. <<El capital siempre debe impedir que surja entre las personas esa conciencia de que podrían vivir de otra forma y tener más control sobre sus propias vidas>>7. La conciencia colectiva de que la escasez es falsa, de que es una excusa para mantener las relaciones de poder, puede ser una chispa revolucionaria.          

La tercera forma del fin del capitalismo es por desuso. Es lo que ocurre con todos los sistemas viejos. A veces están ahí, pero la gente los ignora y se inclina por otros. Durante las primeras décadas del capitalismo, todavía había restos de feudalismo que de a poco fueron desapareciendo. Hoy la hegemonía de este sistema por sobre cualquier otra forma de organización económica es innegable, pero existen múltiples actividades económicas, por fuera del sistema, que no son trabajo asalariado producido para el mercado por una empresa capitalista8. Hay muchos ejemplos: relaciones económicas en la familia, en los barrios, en la iglesia, entre amigos, ilegales; voluntariados, trueque, ferias de economías circulares, autoabastecimiento, cooperativas de producción, trabajo no remunerado, producción no dirigida al mercado, licencias no comerciales, software libre, etc. Cualquiera de estas formas puede crecer e ir ganando terreno al capitalismo hasta dejarlo obsoleto. 

La cuarta forma del fin del capitalismo es por deseo. Una de las críticas principales que se le hace a la izquierda es que son hipócritas porque usan smartphones, que los supuestos detractores del capitalismo, aprovechan hasta la última de sus creaciones y viven como capitalistas. El argumento es rebatible, pero eso no viene al caso, sirve para explicar un problema y es que: para hacer la revolución, primero hay que desearla9. No se puede hacer la revolución si todos nuestros deseos apuntan a consumir productos, servicios y a ganar un poquito más. Fisher analiza que, en una posible lectura de Freud, no existe una forma natural de deseo, sino que hay una idea de historicidad y plasticidad de los deseos10. ¿Quién crea nuestros deseos? El capitalismo crea la capacidad de elegir entre todos los aparatos que nos mantienen ocupados y nos distraen del verdadero problema, que es que la gente podría trabajar menos y determinar sus propias necesidades y satisfacciones11. Si el deseo es monopolizado por el capital, el cambio es imposible12. Si se logra una autodeterminación del deseo, el capitalismo ya no podría crear y controlar nuestros deseos, ya no desearíamos ser individuos exitosos, desearíamos ver un mundo transformado13. Desde nuestras entrañas, la pulsión sería revolucionaria.      

La quinta forma del fin del capitalismo es el desempleo. Estamos viviendo un período de cambio constante, la industrialización permitió la automatización de los trabajos manuales y la inteligencia artificial permitirá la automatización de gran parte del resto de los trabajos. Esto ya está ocurriendo en cierta medida. Estamos acercándonos a un mundo postrabajo, donde el trabajo ya no será necesario. Cuando no haya obligación de trabajar, ni preocupación por el salario, la gente tendrá otra motivación, otra energía14. No es casual que ya se esté empezando a pensar en una renta básica universal (RBU), un ingreso periódico y sin condiciones para los ciudadanos del mundo. Esto, sin dudas, sería el fin del capitalismo.  

Antes de concluir estas clases, en medio del receso, Mark Fisher terminó con su vida. El curso lo concluyeron sus alumnos, asistiendo y debatiendo los textos y los temas faltantes. No es que el curso hubiera terminado con una receta para trascender el capitalismo, la Filosofía no funciona así, va pasando lentamente de unos a otros y, casi siempre, nos deja un escenario abierto a más preguntas. La voluntad heredada de Fisher está en ellas: ¿Cuáles son hoy las necesidades reales que ponen límites a la libertad humana? ¿Qué pasa si todas esas necesidades están satisfechas, pero nadie cuida del otro?15




1. FISHER M - Deseo postcapitalista, pág 174
2. MARX K. - El capital Tomo I, Cap XXIV, 6.
3. cf. FISHER M. - Realismo capitalista: ¿No hay alternativa?
4. La cita suele atribuirse a ZIZEK o a Fredric Jameson.
5. FISHER M. - Deseo postcapitalista, pág 59
6. Cf. Ibíd.
7. Ibíd, pág 171
8. Ibíd, Pág. 80
9.Hay un texto de filosofía latinoamericana sobre colonización estética que profundiza este tema, si lo vuelvo a encontrar pongo la cita.
10. Ibíd. pág 114
11. Ibíd. pág. 131 Es el análisis de una larga cita de Marcuse.
12. Cf. Ibíd 220
13. Cf. Ibíd 219
14. Ibíd pág. 108
15. Ibíd pág. 142