El rey de los hedonistas

Leyendo el Náucrato de Rebord apareció la cuestión de que dedicar la vida a la búsqueda de la felicidad no tiene sentido. Plantea que la felicidad es un mero accidente en la búsqueda de propósito. Lo que hay que buscar es un propósito y la felicidad puede llegar como un efecto colateral. 1 Esto se puede pensar desde el hedonismo del filósofo griego Aristipo, para quien la felicidad era consecuencia de vivir placenteramente. El propósito de Aristipo, como buen hedonista, era dedicarse de lleno al placer, a disfrutar del placer presente. Entendiendo al placer como una sensación intransferible que surge de un movimiento, como algo que es siempre activo. Aristipo no aceptaba los placeres pasivos de Epicuro, que eran la mera ausencia de dolor (no tener hambre, sed ni frío). Tampoco reconocía grados en el placer, ninguno era más valioso que otro, pero sí admitía que los placeres corporales eran más intensos que los mentales. Definía a la felicidad como la suma de todos los placeres particul...